Saludos mis queridos y contados lectores...
Meses y meses han pasado desde mi último artículo, ahora que lo pienso, no recuerdo la razón por la que suspendí mi actividad en esto de los blogs. Pero ahora he regresado con cosas que contarles, experiencias que narrarles, material que sugerirles y muchas otras cosas más.
En esta ocasión me dirijo a ustedes para proponerles que frecuentemente visiten mi blog para fomentar la lectura de algún poema, cuento, canción o cualquier obra literaria de no demasiada extensión. Esta actividad hace algún tiempo se le ocurrió a un buen amigo de la universidad que empezó reclutando gente, formando un club de lectura, etc. algo no salio bien, no se que fue, pero no funcionó la idea, ahora pienso retomarla y hacer que realmente trascienda. Se aceptan sugerencias en los comentarios (trancazos) de autores, de obras, incluso pueden mandar alguna de sus creaciones al mail:
mimo.pimienta@gmail.com y así las subiré al blog.
Habiendo lanzado la convocatoria para el club de lectura... me dispongo a dejar este maravilloso poema con el cual me sentí inmediatamente identificado al momento de leerlo y próximamente planeo con unos amigos llevarlo a escena.
Con mucha alegría de regresar con ustedes mis queridos y contados lectores les presento el siguiente poema:
REÍR LLORANDO
Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra y el más feliz...»
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».
—Viajad y os distraeréis. — ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad. —¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer. —¡Si soy amado! —
¡Un título adquirid! —¡Noble he nacido!
—¿Pobre seréis quizá? —Tengo riquezas —
¿De lisonjas gustáis? —¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia? —Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios? —Mucho... mucho...
—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
—Me deja —agrega el médico
— perplejo vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
—¿A Garrik? —Sí, a Garrik...
La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,él sí y nadie más que él;
mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Juan de Dios Peza
...Gracias por leer...